lunes, 17 de diciembre de 2012

El final de Saw


He tardado varios años en ver Saw (no era demasiado fan de este género) y lo he hecho por los comentarios positivos relacionados con ella y su sorprendente final. En este post sólo hablaré de su final, el cual no describiré: si has visto la película, sabes perfectamente a qué me refiero; y si no la has visto, no leas esto porque será inevitable desvelar algo (#spoiler).

¿El final de Saw resulta sorprendente? Sí, sin duda; pero como lo son los trucos de los malos magos: trucos baratos hechos con puro artificio. Los buenos magos, los ilusionistas, te enseñan la realidad, te la ponen delante de tus ojos; pero consiguen desviar tu atención y que no te fijes en ella hasta cuando ellos quieren. Y, entonces, te asombran. Y todo cuadra. 

Y del mismo modo debe actuar un buen guionista en cuanto a lo que la construcción de un buen final se refiere. Tiene que mostrar ciertos elementos sueltos que cuando después se resuelvan hagan decir al espectador: ¡qué cabrón! ¡No sé cómo no me he dado cuenta antes!

Sin embargo, esta última parte no se cumple en el final de Saw. Nadie (o poca gente en el mundo: iluminados hay en todas partes) podía esperarse ese final porque no había ninguna pista que así lo hiciera intuir. Bueno, en verdad hay dos; pero son tan nimias que aun hace que este final planteado por los guionistas me enfade todavía más. En el momento en que el final se resuelve los guionistas recuerdan un par de momentos: un personaje totalmente marginal en la trama  (que apenas es enfocado tres segundos) y una frase del inspector de policía que dice que al asesino siempre le gusta observar sus macabros crímenes. Dos escenas que ponen el foco (uno de gran tamaño) sobre un personaje que queda librado de culpa tras el giro final de la trama.

Ello muestra que los guionistas de la película tienen oficio y que saben todo lo que explico al principio de este post: que el final se construye con elementos repartidos a lo largo de toda la película. Pero en mi opinión lo utilizan de "manera poco ética" y facilona. Yo, como espectador de la película no me sentí sorprendido, sino manipulado. Y detesto (de ahí que haya utilizado el término ética) que los guionistas manipulen al espectador empleando los recursos clásicos del guión de manera tramposa.

Habrá mucha gente que piense que el final sí está justificado, que los guionistas te dan pistas y que mola eso de que desvíen tu atención sobre un personaje que al final acaba resultado una víctima más del sangriento juego para que luego el malo surja de la nada. Y ni eso, podrían decir los mismos, porque el malo ya ha salido previamente enfocado por la cámara. Allá tú si no lo vistes. Ya te han dicho que al asesino siempre le gusta ser espectador de lo que pasa.

Pero a esa gente, si la hubiera, le diría yo: ¿qué sabemos del malo, de sus motivaciones, qué conocemos de él? Absolutamente nada. Sólo que surge de la nada, que está totalmente loco y que tiene una enfermedad. Cuando el malo aparece se acaba la película. Es la maldad por la maldad, sin trabajar, sin profundizar en ella o sobre su presencia en ese mundo. Efectista sí; que provoca incertidumbre al espectador, también; pero nada de profundidad y de elaboración por parte de los guionistas, demasiados preocupados en jugar a sorprender al espectador con elementos vacíos.

En definitiva, me cabrea el final de Saw porque los guionistas "toman atajos" para montar un final  sorprendente que no está sustentado en nada (no me valen esos dos pequeños detalles tramposos que he comentado). Es como si en el final de una película cualquiera de repente explota una bomba cuya existencia tu desconoces en el coche de los protagonistas matando a ambos. ¿Sorprendente? Mucho. Pero ya. Ahí acaba toda la historia. Fast food en formato cinematográfico. Pero eso no es cine y, sobre todo, no es literatura. Esta se mueve por otras reglas y deberíamos ser más respetuosos con ellas.

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