lunes, 22 de agosto de 2011

La cuadrilla de Ken Loach


Título: The navigators (La cuadrilla)
Nacionalidad: Reino Unido

Duración: 93 minutos
Año: 2001

Director: Ken Loach
Guionista: Rob Dawber
Actores principales: Dean Andrews, Tom Craig, Joe Duttine, Steve Huison

Género: Drama social
Temas: Cine social, Cine de denuncia, Relaciones laborales.
Premios: Festival de Venecia: Mejor Banda Sonora Original. Premio Especial.


Sinopsis: La Cuadrilla sigue los avatares de un grupo de operarios que trabajan en la reparación de vías del ferrocarril del sur de Yorkshire en la época de la privatización de los ferrocarriles británicos. Cuando el supervisor Harpic da a Paul, Mick y al resto de la cuadrilla las nuevas normas de trabajo ("la declaración de principios de la compañía"), el pago según el trabajo realizado y las vacaciones no pagadas les parecen una broma. Pero poco después el equipo se ve obligado a hacer una elección muy clara: o aceptar la indemnización concedida a los trabajadores despedidos por exceso de personal y pasar a tener una vida laboral como trabajadores eventuales, o bien trabajar para la nueva compañía aceptando las nuevas reglas.

Análisis: Ken Loach pone siempre el guión al servicio de una idea que quiere transmitir. En este caso la idea surge de Rob Dawber, un combativo trabajador de los ferrocarriles que tras ser despedido a raíz de la privatización de las líneas ferroviarias en 1994, decide escribir un guión que posteriormente envia al director inglés. Y, de acuerdo a ese objetivo, la película resulta totalmente eficaz. Las de Loach son siempre películas que te hacen reflexionar y que te presentan y descubren problemáticas que no te habías planteado.

Y en este caso, como ya he dicho, se nos cuenta con maestría cómo fue el proceso de privatización de las líneas ferroviarias y los efectos que ello produjo: más accidentes laborales, menos estabilidad laboral... La película se estructura sobre el conflicto planteado a los miembros de una cuadrilla de trabajo de ferrocarriles: aceptar el despido y trabajar a partir de entonces como autónomos con contratos por obra y servicio, con peores condiciones pero ganando más dinero o quedarse en la empresa aunque pasen buena parte del tiempo sentados sin hacer nada. Sólo uno de ellos, alter ego de Rob Dawber, se mantiene firme en la empresa y no acepta el despido. Los demás tentados por el dinero se van. Y sufrirán las consecuencias de esa decisión. Con Loach no hay medias tintas, el camino justo está marcado y salirse es castigado.

Hasta ahí todo perfecto. Te gustará más o menos dependiendo de lo cercano que te sientas a tu ideología. Pero hay que reconocerle su capacidad para describir la vida (la rutina, los problemas) y plasmar el ambiente de las clases más bajas. Por ejemplo, la escena de la primera reunión; cuando el jefe lee a la cuadrilla las nuevas normas de la empresa resulta de una gran naturalidad: las bromas entre obreros, el habla popular...

Pero tiene debilidades derivadas de someter el guión a la idea que se quiere transmitir: el final resulta totalmente previsible y las historias personales de los personajes no están suficientemente desarrolladas. Recordemos que la película se centra en dos de los obreros, uno de los cuales está en proceso de separación. Sin embargo, no se profundiza demasiado en ellos y sus historias acaban pareciendo un pegote en la película que además queda inconcluso. Aunque la pregunta más correcta sería ¿por qué introduce a estos dos personajes individuales cuando la película entera se mueve a nivel grupal? Porque como bien explica el título la película va sobre una cuadrilla de obreros y sobre cómo son engañados durante los años de privatización de las líneas ferroviarias en Inglaterra.

Si el cine es lugar para hacer ideología será una cosa que discutiré mañana.

Valoración: ** (sobre 5)

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